TEORÍA
     Serían las doce de la noche. La verdad no lo recuerdo muy bien. Era una noche extraña, muy extraña... silenciosa. En el ambiente reinaba una tranquilidad tan desagradable como la que fluye en los lugares más deshabitados del planeta. Aunque en esta noche era todo lo contrario: intuía que había una abundancia de seres que, aunque invisibles a la vista humana, estaban allí, observándonos.
         Yo estaba muy cansada y desorientada. Pensaba que no iba a aguantar más en pie, así que volví la vista hacía Anna, mi hermana, un año mayor que yo y que no tenía un aspecto mucho mejor que el mío. Debajo de sus grandes ojos castaños nacían unas ojeras tan inmensas y moradas como el color del vino y su piel estaba tan pálida casi como la leche. Entonces decidí no molestarla con ninguna incómoda observación así que miré hacia el otro lado.
          Allí estaba Jack, un chico de 17 años. Su pelo rubio tenía aspecto de escobilla, en sus ojos azules y profundos como el mar podía percibirse una lejana tristeza cuya causa no pude averiguar, porque, justo en ese momento, mis piernas no aguantaron más y caí al suelo como una pluma. Jack y Anna se giraron rápidamente hacía mí. Preocupados, me ayudaron a sentarme en uno de los asientos de un gran edificio, tan alto que parecía llegar a las estrellas.
        - ¿Cómo estás ? - me preguntó Anna, alarmada.
       - Bien, sólo estoy un poco....... cansada – respondí, mientras miraba todos los carteles que nos rodeaban y los alumbrados navideños que me hacían recordar la fecha exacta en la que nos encontrábamos: 31 de Diciembre. Me pregunté de inmediato dónde se encontraba la gente, por qué no había ningún coche en la carretera desde hacía casi media hora, por qué estaban los locales cerrados en una fecha tan especial. Era como si un secuestro mundial se hubiera producido a nuestras espaldas. Estuvimos así media hora más, reflexionando, porque otra cosa no. Después me levanté decidida y miré fijamente a Jack y a Anna a los ojos:
        - ¿Por qué no hemos llegado a casa? Que yo recuerde no estábamos tan lejos.
 Hubo un breve silencio.
        - Tú no recuerdas nada - contestó Anna.
        La respuesta de ella me produjo un intenso escalofrío y fui consciente, de repente, del estado de mi ropa. Llevaba un vestido, si se le podía llamar así. Estaba como arañado por una especie de gato y descubrí, incómoda y sorprendida, una especie de líquido verde tan espeso como una sustancia mocosa. También lo advertí en la ropa de mi hermana y su novio. Les pregunté una y otra vez qué estaba pasando, por qué no recordaba nada.... pero nunca respondían. Así que desesperada grité, y sentí mucho frío. Como en una película de suspense incluso de miedo, me giré bruscamente hacia atrás. Había sentido una presencia detrás de mí. Sin embargo, no había nadie, así que de nuevo me volví. Ahora ni Jack ni Anna estaban. Se me estremeció el cuerpo de los pies a la cabeza cuando distinguí muy cerca de mí un inmenso y asqueroso cuerpo baboso, tan feo que producía terror y tan alto como un poste de luz . Retrocedí dos pasos y escuché muchos gritos, entre ellos el de Anna, reconocería su voz en medio de un concierto de rock con multitud de gente alborotada. Entonces quise correr, pero me mareé y todo se puso borroso. Sólo veía millones de personas corriendo a mi alrededor como quien ve hormigas escapando de algún zapato, sin rumbo fijo, gritando de desesperación. Y allí seguía aquella bestia, mirándome fijamente. Yo no me podía mover, el miedo me tenía paralizada y sólo me faltaban pocos segundos para perder el sentido. Justo en el momento en el que pensaba que era el fin sentí el tacto cálido de alguien que me tomaba fuertemente del brazo con la intención de apartarme.
        No recuerdo nada más. Ahora, dieciséis años más tarde, estoy en un psiquiátrico. Muchos dicen que estoy loca , que la historia es parte de mi imaginación, pero eso a mí no me importa. Simplemente me pregunto qué fue de aquellas criaturas, de aquel que me salvó, de aquellas personas que corrían asustadas, de Anna y de Jack y... de mi ciudad porque, aunque parezca imposible, nadie ha escuchado hablar jamás de ella y en los mapas e Internet tampoco existe. Es como.... como si hubiera desaparecido. Mi teoría: INVASIÓN EXTRATERRESTRE.       
    Eyler 4º ESO A    
                                                                                       

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